Historia de la Torre Blanca de Londres
La Torre Blanca es la torre original de la Torre de Londres, construida por Guillermo el Conquistador a principios de la década de 1080. Esta imponente estructura servía como la defensa más fuerte del castillo, proporcionaba alojamiento al rey y a su corte y albergaba una capilla dedicada. La construcción fue supervisada por el hábil obispo de Rochester, Gundulf.
A lo largo de los siglos, la Torre Blanca fue testigo de importantes transformaciones. Enrique II y Enrique III reforzaron sus defensas, mientras que Enrique III embelleció aún más la capilla con vidrieras, estatuas y pinturas, y ordenó encalar toda la estructura, lo que le dio su nombre. Aunque se utilizó brevemente como residencia real, la transición gradual de la capilla a almacén de registros en la década de 1320 señaló el declive de su función como residencia real.
La historia de la Torre está entrelazada con intrigantes misterios. El descubrimiento, en 1674, de huesos de niños durante la demolición del edificio delantero alimentó la especulación de que pertenecían a los "Príncipes de la Torre", Eduardo V y Ricardo de Shrewsbury. Durante el reinado de Isabel I, la Torre Blanca se convirtió en un almacén de pólvora, mientras que el propio castillo empezó a atraer visitantes. Los esfuerzos de Carlos I por modernizar las defensas de la Torre acabaron siendo inútiles, ya que los parlamentarios se hicieron con el control, lo que marcó el inicio de la Guerra Civil Inglesa de 1642.
La Torre Blanca siguió sirviendo de almacén de pólvora hasta el Gran Incendio de Londres de 1666, tras el cual se levantó un muro protector. En el siglo XIX se hicieron importantes reformas para acomodar al creciente número de visitantes. En la actualidad, la Torre de Londres, incluida la magnífica Torre Blanca, es un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, gestionado por Historic Royal Palaces, y alberga las renombradas colecciones de la Real Armería.
Historia de la Torre de Londres