Construcción de la Abadía de Westminster
La construcción de la Abadía de Westminster, catedral gótica de Londres, comenzó en 1245 bajo la dirección del rey Enrique III. El proyecto, dirigido por albañiles como Enrique de Reyns, Juan de Gloucester y Roberto de Beverley, se inspiró en catedrales como las de Reims, Amiens y Chartres. Esta influencia se hizo patente en la adopción de elementos como el ábside con capillas radiantes, los arcos apuntados, las bóvedas de crucería, los amplios claustros y los innovadores arbotantes.
A pesar de los retos planteados por la envergadura del proyecto, la demanda de mano de obra altamente cualificada y la compleja logística de la adquisición de materiales, la construcción de la abadía surgió como testimonio del cenit de los logros arquitectónicos góticos, conjugando la escala con el detalle para forjar un símbolo duradero de distinción histórica y arquitectónica.