El Palacio de Buckingham es sinónimo de los reyes y reinas de Inglaterra. Sin embargo, no fue construido por o para ellos. John Sheffield, primer duque de Buckingham, ordenó la demolición de una casa existente en Westminster y construyó un nuevo palacio en el mismo lugar en 1703. Se llamó Buckingham House y más tarde fue adquirida por el rey Jorge III en 1761. Cuando la reina Victoria subió al trono en 1837, nombró al Palacio de Buckingham su residencia oficial.